martes, 4 de agosto de 2009

// Enséñame a aullar .



He tenido que cubrirme los ojos porque me temo que de otra forma memorizaría cada uno de tus colmillos. Cuando te pregunté si lo creías posible, dijiste que sí; entonces tal vez tú no seas tan feroz y quizá yo no sea tan inocente. 

La verdad yo jamás he sido buena, me he obligado a parecerlo... y creo que tú nunca has sido malo, tan sólo has actuado como te lo han solicitado. Ambos teníamos ese temor de ir en contra de la naturaleza, pero hoy hemos evolucionado a ser seres conscientes. De aquí en adelante, nada ni nadie podrá dominarnos de nuevo.

Ahora ven, acuéstate junto a mi. Seguro te parece un tanto extraño que el pasto esté húmedo y aun así no me incomode, ¿verdad? ---Vamos, no te hagas preguntas esta noche. Mejor mira hacia arriba, pues ya se asoma la luna y quiero pedirte un favor... enséñame a aullar. 

// De la Egofilia y la Egofobia .

Que estrecho me parece el pasillo que separa a una sala de la otra. De un lado los enfermos de Egophilia, del otro, los que sufren de Egophobia.... y yo soy nómada en este hospital de trastornos humanos.

1. Egófilos: esclavos de la aceptación de los demás, adictos a la autoperversión.

2. Egofóbicos: padecen de autoestimas raquíticos, pecan de masoquistas.

Y así, mientras me paseo de un polo al otro, sigo aferrada a la posibilidad de dar con una sala en un punto intermedio --- un consultorio en el que se practique el equilibrio entre las fuerzas de creación y destrucción.