lunes, 27 de julio de 2009
sábado, 25 de julio de 2009
// Gente Mutante .
Mutan, y mutan, y mutan; y no paran de mutar ...
Ya estoy cansada de la gente mutante y del egoísmo cuando se disfraza de humano.
Ya estoy cansada de la gente mutante y del egoísmo cuando se disfraza de humano.
domingo, 19 de julio de 2009
// Feeding my Animals .
Me temo que apetezco desangrarte el pensamiento hasta extraer la última gota de entendimiento ... y si, mientras duermes, logro entrar a tu habitación: te apretaré el cuello tan fuerte que estrangularé a tu dolor.
lunes, 13 de julio de 2009
// Tuve un sueño .
... y caminaba entre los surcos de arena sin divisar que ese mismo desierto se convertiría en el cementerio que, tras abrigar mi etéreo cadaver, daría rienda suelta a las cadenas de mi apenas intento de espíritu.
El suelo se percibía estable, como si en vez de arena, caminara sobre una masa de cemento diluído en agua lo suficientemente endurecida para dejar huellas nítidas y firmes.
Caminé durante lo que parecieron horas sin la necesidad de beber una sola gota de líquido, ni mucho menos de detenerme para descanzar... hasta que detrás de un alto monte de polvo apareció mi padre. En mi desesperado intento por huir de él caí en la trampa; a simple vista era tan sólo un surco ligéramente más profundo que los demás, pero en realidad se trataba del disfraz de un pozo en el que estaba destinada a perecer asfixiada.
Si a caso fueron 30 los segundos que me empeñé en luchar por salir sin obetener éxito alguno, la arena tan sólo siguió derramándose desde aquel orificio cada vez más por encima de mi cabeza. Comencé a hundirme en ella y sólo se me ocurrió quedarme estática, alzar la vista, contemplar el orificio hacerse más y más estrecho, separar los labios y entonar el canto que me entregaría a la más analógica de las muertes dentro de aquel precario reloj.
El suelo se percibía estable, como si en vez de arena, caminara sobre una masa de cemento diluído en agua lo suficientemente endurecida para dejar huellas nítidas y firmes.
Caminé durante lo que parecieron horas sin la necesidad de beber una sola gota de líquido, ni mucho menos de detenerme para descanzar... hasta que detrás de un alto monte de polvo apareció mi padre. En mi desesperado intento por huir de él caí en la trampa; a simple vista era tan sólo un surco ligéramente más profundo que los demás, pero en realidad se trataba del disfraz de un pozo en el que estaba destinada a perecer asfixiada.
Si a caso fueron 30 los segundos que me empeñé en luchar por salir sin obetener éxito alguno, la arena tan sólo siguió derramándose desde aquel orificio cada vez más por encima de mi cabeza. Comencé a hundirme en ella y sólo se me ocurrió quedarme estática, alzar la vista, contemplar el orificio hacerse más y más estrecho, separar los labios y entonar el canto que me entregaría a la más analógica de las muertes dentro de aquel precario reloj.
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